Cogito Ego Sum es una transfiguración de la afirmación del filósofo René Descartes en su locución latina: “cogito ergo sum”

( Pienso, por lo tanto, existo,en su traducción al castellano) «Je pense, donc je suis» (traducción original en francés) encontrada en su famoso “Discurso del método “ (1637), que sería el principio y la piedra angular de su filosofía y se convertiría en el elemento fundamental del racionalismo occidental.

En la obra de Antonio Lisón “Cogito Ego Sum” hace referencia al pensamiento o mente racional (Cogito) y al Ego (como mecanismo de atracción y repulsión, adhesión y rechazo) como herramientas, mecanismos constitutivos y creadores de nuestra personalidad y percepción de la “realidad”, nuestra “existencia” (Sum); convirtiéndose así en la base y temática principal de su obra, la búsqueda y comprensión de una metafísica, se transforma en un camino de crecimiento personal.

Con este trabajo, Lisón nos propone obras cargadas de simbolismo, haciendo claras referencias a “Las flores del mal” o

“Les fleurs du mal” (título original el francés) de Charles Baudelaire, considerada una de las obras más importantes de la poesía moderna, situándonos ante espacios interiores que muestran esa dualidad de la que habla en su título y que es inherente a todo ser humano; personajes inmersos en procesos emocionales complejos, que abarcan desde la desesperación y sufrimiento extremo, al éxtasis o “iluminación”, el caos y armonía que tienen lugar a través de la experimentación en primera persona de esa “Dualidad”…

Cuadros que se dirigen a nosotros e incluso al propio autor, nos preguntan, observan, nos juzgan y obligan a enfrentarnos a nuestro “YO” interno, a nuestros miedos, juicios y prejuicios… a nuestro Ego y egocentrismo… invitándonos a indagar en la construcción de nuestra propia personalidad e identidad, en nuestra percepción de la individualidad, que nos conduce a investigar sobre nuestra realidad social y nuestra propia metafísica…